Hoy en día, la calculadora no se cuestiona, debido a que se considera un potente instrumento de cálculo cuya utilidad permite mejorar el aprendizaje de las Matemáticas  en el aula.

Por otro lado  es importante  dejar constancia que es incuestionable que los alumnos deben desarrollar sus habilidades de cálculo con independencia de las máquinas y que es muy importante que hayan interiorizado y automatizado los algoritmos de las distintas operaciones antes del uso de la misma. En este sentido, la calculadora no debe sustituir ninguna de las capacidades de cálculo y razonamiento de los chicos. Pero, esto no significa que la calculadora sea negativa. Lo será, si su uso no es el adecuado.

La calculadora en la resolución de problemas, y en el aprendizaje de las matemáticas en general, supone:

La calculadora permite comprobar con rapidez la corrección de los cálculos hechos a mano en la resolución de problemas, y puede ser muy útil para plantear nuevas situaciones problemáticas que realizar cálculos tediosos.
La posibilidad de verificar los cálculos rápidamente, permite pedir ayuda inmediata a las respuestas erróneas.
Por otro lado, es un buen punto de partida para motivar el cálculo en general, pero resulta especialmente valiosa para afianzar el cálculo mental y estimativo, a través de la predicción e interpretación de los resultados de la máquina.
Otra ventaja de la calculadora es que es muy motivadora, ya que aporta un componente lúdico que capta la atención y despierta el interés de los chicos.

Veamos cómo la implementan los alumnos de 2do C

Ella nos cuenta el procedimiento